Tiuya/Tuilla
Muchos de nosotros hemos descubierto, ya de muy mayores, que Tuilla se llamó alguna vez Tiuya. Más aún, en las obras de síntesis, no existen referencias a Tuilla cuando se hace la Historia del Concejo de San Martín del Rey Aurelio-Langreo, juntos hasta 1837. Ahora bien, lo que más llama la atención es que tampoco existan después, salvo escuetas notas referidas a las explotaciones o al Movimiento Obrero. Sólo el libro de Langreo. Industria,población y desarrollo, del Profesor y Doctor Aladino Fernández García, publicado en 1980, ofrece bastantes e interesantes indicaciones de manera general sobre el concejo y de forma particular sobre Tuilla. Es, pues, una fuente indispensable porque, además de lo anteriormente señalado, permite comprender el proceso de 'colonización' del valle del Candín al insertar su desarrollo histórico dentro de la Historia general del valle del Nalón y del despegue económico que supuso, no sólo para Asturias, sino también para España, la puesta en marcha de las explotaciones. Ni qué decir tiene que el libro de referencia, además, es riguroso.
lunes, 20 de octubre de 2008 a las 18:58
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Historia de Tuilla
Historia de Tuilla.
Hasta finales del siglo XVIII no existen noticias fidedignas sobre lo que hoy, administrativamente hablando, es Tuilla. Aún más, las citas, como se podrá observar, responden por lo común a hitos religiosos de algún tipo.
Sin embargo, esta falta de noticias no puede hacernos creer que el valle no está habitado. Ahora bien, es más que probable que la población estuviese asentada, como ocurre en el resto de Asturias, en las laderas o zonas un poco elevadas, reservando los fondos de valle, zonas fértiles por excelencia, para el cultivo. Y en el valle del Candín a esa circunstancia hay que añadir otra: la presencia de niebla con cierta frecuencia en el fondo del valle, por lo que parece razonable suponer que nuestros antepasados se hubiesen asentado en zonas más salubres, de tal manera que es más probable que La Cerezalina, El Rosellón, La Braña, Baeres, La Cruz, Saús o la Mudrera, es decir los núcleos rurales del valle, fuesen los centros de población del mismo y no Tuilla. En esa dirección, las fotos publicadas en esta Web, anteriores a la construcción de la barriada, creo que no dejan lugar a dudas sobre la baja densidad demográfica de Tuilla en esos momentos.
De una forma muy sintética y bosquejo de lo que es una exposición más amplia, podemos afirmar que, siendo aún prematuro determinar a partir de qué momento en la Historia o en la Prehistoria se inicia la colonización del valle del Candín, la presencia de estructuras dolménicas o tumulares en San Martín del Rey Aurelio, en la divisoria de aguas, y las de Bimenes situadas en los cordales que arrancan de La Camperona o las leyendas referidas a la Peña Urán, hacen pensar en una ocupación de las cumbres, relacionadas con el pastoreo en época temprana, en el Neolítico, es decir, hace unos 7.000 años.
En cualquier caso, la presencia del Coto de Areñes, de filiación medieval, y la probable extensión de su dominio a parte de lo que hoy pertenece a Tuilla, hace pensar que dicho espacio está a disposición económica bastante antes de que entren en explotación las minas. La casona, muy remodelada, de los Marqueses de San Feliz, de mitad del siglo XV, sita en La Cotariella -Gargantada-, sería ilustrativa de lo expuesto. Asimismo, las referencias de Jovellanos a una capilla situada en las inmediaciones de un afluente del Candín que separa Siero de Langreo, si bien no concuerdan en todo con la ubicación de la actual iglesia, hacen pensar en que en la segunda mitad del siglo XVIII ya existe un espacio sagrado desde una época que, ya entonces, se perdía en la memoria. Y si se excluye esta referencia, el resto de las citas, hasta tiempo muy reciente, omite a "Tuilla" en favor de otros núcleos que son los que tienen cierta relevancia: La Braña, La Braña del Río, La Mudrera, Baeres, Gargantada, etc. Es decir, núcleos situados en sitios más o menos altos, bien ventilados, alejados de las brumas y nieblas matinales e, indudablemente, con buenos pastos. Circunstancia, ésta última, que permitirá explicar parcialmente, la pervivencia de un campesinado mixto, hasta en los momentos que todos tenemos en la retina.
Por otro lado, la conservación de pequeños molinos movidos por fuerza hidráulica, más que la presencia de hórreos, evidencian una economía eminentemente preindustrial, si bien este dato habría que matizarlo, pues hasta la década del 70 del pasado siglo existe una abundante mano de obra mixta, mineros que retienen aún la caseria de origen.
Dejando para más adelante la traza de detalles, el despegue económico, el desarrollo demográfico que llevó parejo, la ocupación de espacios marginales para el hábitat, la falta de planificación del crecimiento y el declive del valle está ligado a la apertura y cierre de las explotaciones mineras. Incluso el Ferrocarril de Langreo no es más que la expresión o necesidad de las mismas. El debate nunca fue el ferrocarril, sino dónde se instalaba el puerto de descarga: Gijón o Villaviciosa. En la misma línea, la introducción de modificaciones en las administraciones civil y religiosa no es más que el fruto de la presencia de nuevas y abundantes almas llegadas como consecuencia o de la explotación minera o de la puesta en marcha de talleres industriales.
B.M.M.& V.Otero
lunes, 20 de octubre de 2008 a las 18:47
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