¡Vasta ya!
Los que se llaman a sí mismos "hijos del pueblo" hacen la vida imposible a los que ellos denominan "de fuera". La extorsión llega hasta tal punto que a nosotros, la juventud, nos prohíben comer pipas en la plaza (simple anécdota entre otras muchas como no andar en moto, no tirar basura a las papeleras y un largo etcétera), cosa que me parece increíble. No contentos con eso nos tratan sin respeto alguno hacia nuestra persona, como si fuesen superiores a nosotros. Éste trato no proviene solo de los habitantes, sino también del mismo alcalde. Con esto quiero decir que si supuesta mente quieren recuperar pueblos con poca población, a este ritmo lo único que van a conseguir es quedarse en su propia ignorancia, pero bueno, ya se darán cuenta de lo que están haciendo cuando sus hijos crezcan... no me alargo más porque me podrían dar las tantas y seguiría escribiendo sobre este maltrato psicológico. Un saludo de un melgo que hará que las cosas cambien.
lunes, 14 de septiembre de 2009 a las 22:17
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