Albergue de peregrinos en el Camino de Santiago
 POR EL CAMINO DE SANTIAGO
Terradillos cuenta casi con más plazas para peregrinos que vecinos
La localidad palentina tiene alrededor de 80 habitantes, mientras que el albergue, que está en pleno proceso de ampliación, oferta ya 65 camas para acoger a caminantes
María Luisa Pérez, propietaria del albergue Jaques de Molay de Terradillos, posa en el patio del establecimiento. Eva Garrido
ÓSCAR HERRERO / TERRADILLOS
El Camino de Santiago es propicio a las leyendas. Y los pueblos que jalonan la Ruta Jacobea en Palencia no son una excepción.
Terradillos de los Templarios es uno de ellos y su historia, entre la tradición y los hechos verídicos se relaciona con su apellido: la orden de los Templarios.
Lo que no es una leyenda, sino una realidad, es que en Terradillos se da la curiosa circunstancia de que el pueblo está casi consagrado a los peregrinos. Y es que la localidad de Terradillos, que es pedanía de Lagartos, cuenta con casi más plazas en su albergue, que habitantes censados tiene el núcleo de viviendas. «Podemos llegar a albergar hasta 65 peregrinos, y en el pueblo viven unas 80 personas», asegura María Luisa Pérez, propietaria del albergue de esta localidad palentina.
Lo cierto es que no es uno de los más grandes del Camino, con una capacidad actual para 65 peregrinos, pero el albergue Jaques de Molay, último gran maestre de la orden de los Templarios que según la leyenda pasó sus últimos años de vida en Terradillos, aporta más movimiento al pueblo que sus propios habitantes.
Es más, en su etapa inicial el Camino de Santiago no pasaba por Terradillos, sino algo más al sur -unos 700 metros- entre dos localidades ahora inexistentes. Pero el paso del Camino ha hecho que este pueblo pueda seguir existiendo con apenas 80 personas, y con la escasa ayuda de un Ayuntamiento que acoge a tres pedanías.
Para la alcaldesa de Lagartos, término al que pertenece Terradillos de los Templarios, el albergue y el turismo es algo que da otro aliciente a un pueblo «en el que la mayoría de las personas son muy mayores». Pero este albergue no es el único establecimiento dedicado al turismo. «Se han iniciado los trámites para construir otro», confirma Lucinda Rocha, alcaldesa de Lagartos.
Sin embargo, hasta que este nuevo albergue abra sus puertas, el Jaques de Molay es el único lugar donde pasar la noche en el Camino entre las localidades de Ledigos y San Nicolás del Real Camino.
Esta aglomeración de albergues en tan escaso terreno, según María Luisa Pérez va a provocar que «alguno de nosotros tenga que cerrar de aquí a unos años. La gente se cree que como a ti te va bien, es fácil de hacer», revela con cierto pesimismo esta hospedera que lleva cerca de 11 años regentando el albergue. «Antes, ayudar a los peregrinos era otra cosa. Ahora todo se mira por el negocio. El hombre que abrió este albergue hace 19 años lo fundó para poder charlar con los peregrinos que compraban en su tienda. Poco a poco fue ofreciendo otros servicios y hasta ahora».
La media de personas que ha venido durmiendo en este albergue desde que comenzó el año ha sido de unos 25 por noche, acumulando cuando todavía no ha comenzado la temporada alta del año unos 1.200 peregrinos. Una media que la propietaria tiene pensado aumentar debido a que ha ampliado las instalaciones. «Esperamos poder llegar a tener más de 65 plazas en camas dentro de unos 15 días. Si pusiéramos literas podríamos albergar a unos 100, pero el problema es que luego hay que darles de comer y no damos abasto», añade.
Peregrinaciones. Para María Luisa Pérez, quien reconoce que aún no ha hecho el Camino de Santiago, aunque tiene muchas ganas, la mejor forma de hacer la peregrinación es andando. «Puedes hablar con la gente, ver más cosas y hacer más largo el tiempo en el Camino. La gente que lo hace en bicicleta tarda 10 días como mucho. A una media de 100 kilómetros... y no porque quieran, sino porque les obligan. En este albergue no, pero en los públicos, cuando los peregrinos en bicicleta llegan pronto les dicen que se vayan al siguiente, y así en casi todos. En los privados es distinto».
Ésta es una característica que llama la atención de este tramo del Camino en Palencia, ya que todos los albergues entre Carrión y Sahagún son privados. «Hombre vivimos en una de las zonas más pobres de Castilla, y aunque es verdad que no se vive mal, no puedes poner un albergue público. Tendrías que estar trabajando todo el día en el campo, y los cereales no dan tanto dinero, para invitar a los peregrinos a un vaso de vino», alega esta mujer de 42 años natural de Villambroz, pero casada en Terradillos.
Futuro. Además de la ampliación que ya está casi terminada, el Jaques de Molay dispondrá en breve de varios ordenadores con Internet. «La gente no es que lo pida. Sí es verdad que preguntan pero les dices que no lo tienes y no pasa nada», asegura Pérez.
Y es que el cableado tradicional en esa parte de Palencia hace casi imposible que la red de redes llegue. Pero la tecnología avanza y según la propietaria del albergue de Terradillos todo está ya solucionado. «Vamos a poner Internet por satélite. Nos lo ofreció la Junta de Castilla y León y la Agencia de Desarrollo Económico (ADE) y lo hemos aceptado. También nos vamos a integrar en el proyecto I. Ultreya para trasmitirnos información entre los albergues», confirma María Luisa Pérez.
De este modo, el albergue Jaques de Molay, además de ser un reducto de actividad económica distinta a la agricultura en Terradillos, será también uno de los pocos puntos conectados a Internet de la zona. Además, si alguna vez es necesario, los 80 habitantes de la localidad podrían pasar todos juntos una noche allí. Para algo su oferta de camas es cercana al número de vecinos.
A caballo
Crece entre los peregrinos el deseo de hacer la ruta del Camino de Santiago a lomos de un caballo. En el caso de Terradillos, esta opción todavía no es factible, pero según su propietaria cabe la posibilidad de que dentro de un año este albergue cuente con una cuadra donde los equites en ruta puedan dejar descansar a sus monturas. «Sería poco más que una cuadra donde pudieran dormir los caballos y que cada peregrino cuidara de ellos. Es una cosa que me ronda la cabeza. En cualquier caso, los caballos no serían míos como hacen en otros sitios, ya que no tengo ni idea de cuidarlos», apunta María Luisa Pérez, propietaria del albergue de Terradillos.
Y es que en algunos puntos del Camino de Santiago son los propios albergues los que ofrecen a los peregrinos cubrir un tramo del camino a lomos de un equino, aunque esto no es más que una pequeña ruta. El caso es que cada vez son más las personas que pretenden alcanzar el jubileo junto a sus caballos y todavía escasas las infraestructuras que permitan esta actividad.
lunes, 10 de mayo de 2004 a las 0:00
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