Lagunilla
 En este abrupto rincón donde las nieblas, los buitres y el viento campan a sus anchas, Lagunilla mantuvo-retuvo y conserva parte del culto a la Madre Tierra.
(Primer cancionero de Lagunilla)
Pueblo enclavado en la sierra del mismo nombre en el extremo sur-este de la provincia de Salamanca. Con un clima de estaciones bien definidas, son la primavera y el otoño si duda, las que más luz y color aportan a estos parajes, sus temperaturas frescas a las mañanas y cálidas según avanza el día hace madrugar al labrador y al caminante para disfrutar de la naturaleza. El frío invierno retrae la actividad y el verano lo contrario, solo el bullicioso mes de agosto con sus fiestas llena el pueblo de jaranera juventud, que todo es de agradecer.
Lugar entre la depresión del río Cuerpo de Hombre y la de la planicie extremeña, son abundantes en su entorno, bosques, cerros y oteros para gozar de paseos o caminatas, cambiar el ritmo estresante de las ciudades y disfrutar de un reposo físico y mental para complacencia de nuestros sentidos.
Se dice de este lugar, que fue un día donde su entorno rodeado de grandes explanadas de castaños y extensos robledales que ni aún en el mediodía penetraban los rayos del sol.
Lagunilla en la actualidad: El pueblo después de la década 70-80, sufre una gran transformación, como la mayoría de los pueblos de esta serranía, la inmigración es la causa de la despoblación del campo, y con ello el cambio de hábitos de los paisanos, no siempre acertados, si algo se le puede reprochar a este pueblo es que no halla sabido preservar su rica arquitectura rural, las bellas casas de amplios balcones techados han pasado ha ser casas insulsas premodernas de escaso valor patrimonial, perdiendo con ello el atractivo de pueblo serrano.
Hoy día, el pueblo dispone de cinco o seis casas rurales, seis bares, en alguno de ellos pueden servir comida, tres artesanos de fabricación de queso de cabra muy rico por cierto dos carnicerías con muy buena carne y tres tiendas de ultramarinos.
Sin lugar ha dudas su mejor atractivo es la paz salubridad que en él y su entorno se respira.
Sierra de Lagunilla y entorno
Lagunilla, pueblo de la sierra sur de Salamanca, dotado de una situación geográfica, aunque rustica, esplendorosa por los diversos lugares de su entorno que nos proporcionan tranquilos paseos y bellas y atractivas vistas.
Situado en la parte central de la sierra a la que da nombre a 914m. de altitud, sobre la ladera norte de una loma poblada de robles, sus abundantes arroyos en el pasado y sus aguas subterráneas formaban una laguna en el pequeño valle que se creaba a la parte baja de la misma (la garganta), se da por hecho que este fue el lugar donde hubo los asentamientos de sus primeros pobladores y dio origen al topónimo del pueblo.
Aún son abundantes sus arroyos después de los inviernos fríos y nevados, primaveras lluviosas y otoñadas abundantes en lluvias, alimentando fuentes y pequeñas lagunas, todo lo contrario de los veranos secos, las estaciones húmedas suelen traer consigo toda diversidad de plantas y flores aromáticas, frutos del campo y frutos naturales del bosque.
Su mayor esplendor se lo debe a los siglos, finales del XVII- XVIII y parte del XIX y más concretamente a un obispo. El señor Juan de Porras Atienzas Castro (1624-1704) que siendo obispo de Coria (Cáceres) construyó un esplendoroso palacio como residencia de verano (año 1686), se supone que para huir de los rigores del estío extremeño en este lugar de exuberante frondosidad. A esta residencia veraniega de la curia hay que añadir la construcción del hospital de Santo Domingo (1697) por parte de una hermana del obispo Juan, Doña Aldonza de Porras Zifontes ( no hay que olvidar que la Iglesia disponía de grandes riquezas provenientes de la evangelización americana y el cobro del diezmo a los feligreses), aunque gravoso para el campesinado, aportó al pueblo una gran actividad rural de más de doscientos años.
La ley de desamortización aplicada entre 1835-1855, conocida como (la de Mendizábal) vino poco a poco arrebatar todas las propiedades y principales ingresos, también en los pueblos, a la Iglesia, poniendo fin a muchas actividades e iniciando la decadencia de la misma en muchos lugares.
Ya en el siglo XVII, este lugar fue paso y calzada de carretas donde el caminante hacia noche según documentos de la época . Ilustres pasajeros transitaron por este pueblo como el Rey Felipe V, camino de Ciudad Rodrigo (octubre de 1710), el Rey Alfonso XIII (marzo de 1930); no hay que olvidar que junto con Puerto de Béjar, son los pasos naturales a las llanuras extremeñas (valle de Hornacino) desde la provincia de Salamanca y viceversa.
El medio físico y su consecuente vegetación
El pueblo se encuentra en una zona geológica dividida por dos tipos de suelo bien diferenciados, de una parte su subsuelo esta compuesto por granito de mayor o menor dureza debido a las corrientes subterráneas, abundantes en este pueblo (las corrientes de agua hace que esta roca en un cierto grosor de su superficie retenga la humedad, volviéndose arcillosa), extendiéndose por toda la zona Norte y Este, donde surgen por doquier grandes rocas o canchales, formando, debido a la erosión del viento, hielo y agua, monolitos y figuras imaginativas, a veces en difícil equilibrio sobre insignificantes peanas, sorprendiéndonos que no echen a rodar lomas abajo.
Esta zona a mantenido siempre unos altos índices de lluvias (cada vez menos) que ha hecho que el suelo rocoso haya sufrido la suficiente alteración como para crear relieves alomados de pendientes suaves y pequeños valles, recubiertos por exuberante vegetación: castaños y robles principalmente, también se pueden apreciar en los humedales de estos terrenos, nogales, álamos, chopos, olmos, alisos y fresnos.
En la parte Sur, Sur-Oeste aparece otro tipo de suelo, un conglomerado de pizarra, que lo circunvala por su parte sur, detrás del alto las piñuelas siguiendo la línea divisoria de la carretera a Valdelageve, extendiéndose por toda la serranía hasta las montañas de gata, si bien en las proximidades del pueblo su vegetación sigue siendo el roble y los castaños, a lo que nos alejamos unos mil metros, dirección Oeste (Cerrá castaño y Agua el medio), el suelo pizarroso es patente, su vegetación pasa a ser un monte bajo y mixto: jara, ginesta, brezo, madroños, escobas, donde sobresale la jara con su aroma particular, una excepción son las grandes laderas de: Paso Malo, el Robledo, La Cabrera, Mata Rubia y los Borbollones, cubiertas con pino de replantación.
En todo su entorno y adecuado a sus características va a encontrar todo tipo de plantas aromáticas como: el tomillo, la manzanilla de roca, el poleo, el orégano etc.
La fauna
La gran diversidad de ambiente ecológico en el entorno del municipio hace que vivan muchas especies de vertebrados, también las hay que han desaparecido o casi, como la jineta, el lobo, el zorro, la nutria y el lince. La gran emigración de los años sesenta setenta, hizo abandonar muchas zonas agrícolas rompiendo la cadena alimenticia (en otros tiempos estos parajes fue delicia de cazadores, abundaba el conejo, la liebre, las perdices, tórtolas, codornices, etc.), esto acompañado de las diferentes epidemias mermó considerablemente la fauna por estas tierras, aunque otras han amentado su colonia como, el jabalí y el ciervo, este se ha propagado debido a la protección de la reserva nacional de las Batuecas donde no es sorprendente verles pastar cerca del pueblo, en la zona de Mata Rubia.
No es extraño divisar en los paseos del entorno diversas y coloridas aves como: la abubilla, con su penacho levantado, águilas, arrendajos, perdices, gavilanes, cucos y sobre todo buitres, puede ser el leonado con su cuello blanco o el negro, planeando al contraste de un cielo azul intenso sin apenas aletear, aprovechando las corrientes térmicas. También nos puede sorprender algún reptil inofensivo como: lagartos, algún alacrán si levantamos alguna que otra piedra (impedir que los niños lo hagan.)
Son recomendable a los amantes de la naturaleza los paseos de buena mañana, los cantos de las aves proporcionan unos sonidos de una inmensa diversidad y no por ser muchos, distorsionan un ambiente de intensa melodía, que va decayendo según avanza el día, no por los concertantes, ya que los cantos están presentes en el quehacer diario del pueblo. Son numerosas las pequeñas aves que emiten sonidos y gorjeos en esta zona: El herrerillo, petirrojo, abejaruco, carbonero, oropéndola, verderón, jilguero (colorín), pardillo, estornino, pico (pájaro carpintero) y numerosos más.
domingo, 02 de abril de 2006 a las 0:00
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