Sejas de Aliste:Certamen Memoria de Enigración
REDACCIÓN. Con 23 años dejó atrás la pequeña localidad de Sejas de Aliste para embarcarse rumbo a Argentina, país en el que se casaría y formaría su propia familia. Sesenta y dos años después, ya anciana, Francisca Rodríguez pudo regresar por primera vez a su pueblo y fundirse en un abrazo con una de sus hermanas. La historia, recuperada ahora por su hijo Jorge D´Amato desde Buenos Aires, ha logrado el primer premio del II Certamen Memoria de la Emigración Castellana y Leonesa convocado por la Junta, la Uned (con el apoyo de Diputación, Ayuntamiento y Caja España) y la Asociación Etnográfica "Bajo Duero", con una dotación económica de 1.500 euros (Zamoranos en el mundo)
jueves, 31 de julio de 2008 a las 17:12
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SEJAS DE ALISTE:VÁNDALOS EN UNA HUERTA

CHANY SEBASTIÁN. Sejas Antonio Gago García y Francisca Diebra Diebra, un matrimonio de jubilados de Sejas de Aliste, abandonaron en la tarde el martes su huerta de "La Facera" encantados de la vida y de la jera bien hecha, orgullosos de las lustrosas verduras y hortalizas, en pleno apogeo, gracias a sus cuidados diarios y al riego con el agua del río "La Riberica". A primera hora de ayer no daban crédito a lo que veían, pues lo que era un vergel se había convertido en cultivo arrasado: las lechugas, destrozadas; las cebollas, arrancadas de cuajo, lo mismo que los tomates y los pimientos. Los actos vandálicos se llevaron a cabo durante la noche del martes al miércoles, afectando de manera muy particular a las huertas de dos familias, la de Antonio y Francisca, en la margen derecha de la carretera que une la Nacional 122 con la ZA-913 por Sejas, Tola y Rábano, y la de Juana Gago Fernández, a la izquierda. Los afectados desistieron de poner una denuncia ante la Guardia Civil porque «si no hay testigos no vamos a conseguir nada y todo son mareos». Si se lo comunicaron a Antonio Faúndez Rivas, alcalde del Ayuntamiento, el cual no daba crédito a lo sucedido: «Esto no puede ser y menos en los tiempos que estamos; es vandalismo puro, sólo para hacerle daño a personas que viven su vida y no se meten con nadie». Francisca miraba desolada su avasallado huerto, llorando, sin poder aguantar las lágrimas ante tanto e inexplicable desatino: «A esto no hay derecho, nosotros que no le hacemos mal a nadie. ¿Por qué nos hacen esto?». Antonio, más sereno, intentaba poner orden entre tan estropicio: «No es el valor económico. Lo peor es el daño moral, somos jubilados y la huerta es nuestro hobby, nuestra manera de entretenernos: Las cebollas estaban a medias de criar, lechugas no han dejado ninguna y los tomates muy crecidos y los pimientos igual».
viernes, 25 de julio de 2008 a las 18:47
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