BRILLANTE LA III EDICIÓN DEL PLAY-BACK FONZALECHE
Un año más estamos aquí reunidos para celebrar una fiesta que ha de llenarnos de orgullo porque es una fiesta nuestra, hecha por nosotros y compartida por todos. En estos momentos de crisis en el que los recursos son escasos, iniciativas como la vereda de hace unos días o el poner, un día cualquiera, tiempo y habilidades al servicio de todos o el aunar esfuerzos para organizar una fiesta enaltece al pueblo y a sus habitantes y es el mejor ejemplo de lo que somos capaces de conseguir con el esfuerzo y la colaboración de todos. Este año ha sido muy duro para nuestro pueblo. Nos falta la presencia de personas queridas que compartieron con nosotros el año pasado una noche feliz como ésta. Para quienes brillaron con luz propia sobre el escenario, para quienes vibraron con cada actuación, para quienes aplaudieron con entusiasmo, para quienes compartieron un pincho o una copa de vino. Para ellos que se sintieron orgullosos de ser de nuestro pueblo. Para ellos que comparten desde el otro lado esta noche, vaya nuestro recuerdo y nuestro cariño. Y como no es también momento para agradecer a los que cada año consiguen poner en marcha el engranaje que hace posible que entre todos hagamos de ésta una noche inolvidable. Los artistas que subirán al escenario, han dejado atrás la vergüenza , han ensayado y se han preparado con ilusión y entusiasmo para ofrecernos brillantes actuaciones, hacernos pasar un rato agradable y arrancarnos su mejor sonrisa. Será tiempo para la música, el humor, la alegría, el recuerdo o la nostalgia a partes iguales. Un entrañable espectáculo que les invitamos a presenciar desde el corazón. Con un emotivo recuerdo a las personas ausentes y el reconocimiento al esfuerzo de quienes cada año hacen posible esta noche dio comienzo la III Edición del Play- Back de Fonzaleche en una plaza de la Fuente abarrotada de hijos del pueblo que no quisieron perderse una noche mágica y en la que los organizadores volvieron a ser merecedores del aplauso general en una edición que ha superado tanto en el aspecto artístico como técnico ediciones anteriores. Una noche calurosa que comenzó con la copla en la que Vega recitó de forma esplendida, un suceso que aconteció en el viaje de novios de sus padres a principios del siglo XX, hasta la actuación de Tricicle de la mano de Epi, Gorka y Adolfo con la que se cerró magistralmente el espectáculo se dieron cita en el escenario sesenta y dos artistas que dejaron atrás la vergüenza y brillaron con luz propia para hacer de la noche, otra noche inolvidable.
miércoles, 26 de septiembre de 2012 a las 19:50
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PEPI, SIEMPRE EN EL CORAZÓN
En la tarde soleada y fresca, la noticia recorre las calles silenciosas. La Pepi ha muerto. El aire se llena de miradas, de llantos contenidos, de abrazos temblorosos, de un pesar sentido, de una noticia esperada. Era mi lectora más entusiasta. Era, fue siempre quien más aplaudió las pequeñas historias que contaba, quien siempre me decía, escribe, escribe, escribe. Y por eso siempre quise componer para ella una historia, rebuscar en la memoria retazos de nuestra vida en común, volver a la niñez, cuando ella era la pepona, la pitusa que salía dibujada en rojo en las botellas de gaseosa. La recuerdo con las trenzas, la cara redondita, la nariz chata, sonriendo siempre. Recuerdo tardes soleadas como ésta de hoy por las cuestas del pueblo hacia su casa, hacia la escuela, hacia la fuente dura, en el rincón, hacia la iglesia una mañana luminosa de junio de hace más de 40 años con nuestros vestido blancos de comunión, echando flores al cura en los altares del Corpus, rezando el rosario en la sombría y silenciosa iglesia, orgullosas con nuestra medalla con cinta azul de Hijas de María. Quise recordar alguna de estas cosas para regalarle a ella una historia en la que su querido Fonzaleche y sus gentes fueran protagonistas en los que reconocerse, pero fui incapaz de sustraerme a la tragedia personal reflejada en cada trazo de su cuerpo y en cada poro de su piel. En el bar, primero, todos los días, luego sólo un ratito los domingos, hasta el último domingo, su silueta recortada contra la pared del rincón dejaba ver el precario equilibrio de su vida y era difícil reconocer la pepona que fue salvo por su eterna sonrisa. En las tardes, cuando respondía la llamada del teléfono, su voz clara, serena me hacía dudar de que realmente estuviera al final de su vida. Escuchaba, hablaba, siempre estaba bien. He perdido vista, no sé si será por eso que me mareo, me dijo el último día que hablé con ella y entonces supe que era el fin. Antes de ayer me dijeron que había ido por la mañana al hospital y quise hablar con ella pero ya nadie respondió a mi llamada.
jueves, 30 de agosto de 2012 a las 11:38
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