Parque histórico del Navia
 Grandas de Salime es, dentro de lo que va a ser el parque histórico del Navia, la localidad que tiene más avanzado el proyecto para convertirse en una de las tres puertas de acceso al mismo. Contará para ello con un museo a la entrada del castro Chao Samartín, al cual el «Proder» ya ha destinado 330.000 euros, que fueron aprobados por la junta directiva. La partida se incluye dentro de lo que en el plan se denominan inversiones no productivas, es decir, las que un Ayuntamiento solicita para obras de interés comunitario dentro de su concejo.
El proyecto contempla la construcción de un edificio que permita instalar un museo, un aula didáctica y un laboratorio en donde puedan ser limpiadas, analizadas, clasificadas y restauradas las piezas objeto de las excavaciones. En este sentido puede decirse que la actividad será intensa, dado el elevado número de piezas que están siendo halladas en el curso de las excavaciones.
Para la ubicación del edificio-museo, el Ayuntamiento grandalés ya cuenta con terrenos de su propiedad en las inmediaciones, situados en un terreno con una cierta elevación que permite una vista completa del castro. Se trata de terrenos comunales que los vecinos utilizan para pasto, pero éstos se han mostrado conformes con prescindir de ellos para acometer el proyecto. En caso contrario, el Ayuntamiento hubiese tenido que iniciar negociaciones para la compra de otro espacio en las proximidades del castro.
La actividad del castro Chao Samartín se verá incrementada con esta nueva dotación, ya que encerrará una exposición permanente de las piezas excavadas en el castro, que actualmente se encuentran recogidas en un local facilitado por el Ayuntamiento, donde no pueden ser visitadas por el público. Es sorprendente la colección de cerámicas rescatadas en el castro, que luego han sido pacientemente restauradas.
El castro Chao Samartín recibe a numerosos arqueólogos de Inglaterra e Italia, países que han trabajado con España y que han conseguido ganar el programa «Rafael» convocado por la Unión Europea.
jueves, 26 de febrero de 2004 a las 0:00
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Grandas en censura
En Grandas de Salime se ventila mañana la primera moción de censura de este mandato. Es la crisis política más grave de los últimos veinte años. Los grandaleses depositaron sus votos en las urnas el pasado 25 de mayo para elegir a los gobernantes que creyeron mejores para el concejo. Sin embargo, en la calle prácticamente nadie se atreve ahora a decir si prefiere la continuidad de José Cachafeiro (PP) como alcalde o se decanta por la apuesta conjunta de PAS y PSOE, con el socialista Eustaquio Revilla al frente.
Ni siquiera los opositores desean dar sus nombres, «al menos hasta que el nuevo gobierno esté definitivamente formado», explica uno de los integrantes de la lista del PAS, que, no obstante, no duda en afirmar que el cambio es necesario para el municipio, «porque el trabajo del Ayuntamiento va cada vez a menos». Y señala como ejemplos el hecho de haber dejado escapar la oportunidad de contar con un instituto y con el aeropuerto de protección civil, que han acabado en terreno de Ibias.
Una de las vecinas tiene la explicación del silencio general que se percibe en la calle y asegura, aplicando el refranero popular, que en Grandas se cumple aquello de «pueblo pequeño, infierno grande». Y es que está claro que todos se conocen y nadie quiere hablar mal del prójimo para evitar luego posibles enfrentamientos.
Antonio García resume la situación diciendo que «serán los políticos quienes tengan que arreglarse entre ellos, porque aquí somos todos amigos y no vamos a decantarnos ni por uno ni por otro».
La opinión más frecuente entre los habitantes de Grandas es que no tendría que haberse planteado esta moción, sino que, gobernase quien gobernase, «los pactos deberían haberse consolidado en su momento», es decir, nada más conocerse los resultados electorales y el número de concejales con los que contaba cada agrupación política. Al menos esto es lo que asegura Manuel López, residente en la villa, después de escuchar a sus vecinos.
Socialistas y asturianistas no lograron ponerse de acuerdo en mayo para hacerse con la Alcaldía. El PAS consiguió dejar al PP sin la mayoría absoluta de que disfrutaba desde 1999. Eso les daba derecho, en opinión de la agrupación asturianista, a situarse al frente del gobierno local. El PSOE discrepaba, pues, a pesar de mantener únicamente los tres ediles del anterior mandato, fueron los que contaron con el apoyo de un mayor número de vecinos.
Rifirrafes
Al margen de los rifirrafes políticos, la mayor parte de los residentes en la villa asegura que en la calle no se aprecia demasiada crispación y muchos de los vecinos reducen el problema a un asunto político que debe ser resuelto por la propia Corporación. «No creo que les interese mucho nuestra opinión», comentaban ayer en un bar de Grandas, «por lo menos hasta dentro de tres años, cuando tengan que volver a solicitar nuestros votos».
Esta opinión es compartida por los vecinos de la zona rural, que consideran que sólo se les tiene en cuenta en campaña electoral. Así lo pone de manifiesto Benjamín Pérez, quien reside en Cereijeira «desde siempre». «Habría que hacer cosas para cuidar los pueblos, si quieren que viva Grandas, porque de poco sirve cambiar de alcalde si la gestión continúa siendo la misma», dice.
Una postura similar es la que mantiene Antonio García, otro vecino, que considera que el Ayuntamiento tendría que mirar un poco más por los intereses de los ganaderos, el sector de producción mayoritario del concejo.
Un ambiente diferente es el que se percibe en la villa, donde muchos de sus residentes se dejan guiar más por valoraciones personales que por convicciones políticas a la hora de valorar qué alcalde podría ser mejor para el concejo. María Gloria Robledo explica que Cachafeiro «es bueno y siempre ha vivido aquí». En cambio, a quienes lideran los grupos de la hasta ahora oposición «no los conozco tan bien, lo que no quiere decir que no vayan a hacer un buen trabajo».
Lo mismo opina otra vecina al comentar que «habrá que esperar a ver cómo funciona el nuevo gobierno, porque para mí está bien el alcalde actual, pero del próximo no puedo decir nada porque al cabeza de lista socialista sólo lo conozco de verlo por la calle, ya que es maestro y yo no tengo chiquillos en la escuela».
Julio Augusto Díaz Rancaño, uno de los propietarios de una empresa de transportes, afirma que, por su trabajo «y porque el pueblo es pequeño», conoce a mucha gente. «El Alcalde y yo somos íntimos amigos y estoy muy contento con él, pero si entra Eustaquio Revilla (PSOE) también estaremos bien. Lo que ya no me gusta tanto es que haya que pactar con el candidato del PAS», explica.
Del concejo de siempre
José Luis García es de Oviedo, pero su familia siempre ha sido del concejo. «Yo no estoy censado, pero resido en Grandas desde hace unos años. Lo que de verdad necesitaríamos es que se trajera industria al concejo que permitiese crear empleos. Yo estoy ahora sin trabajo, y no digo que esté a favor ni del PP ni del PSOE, lo único que digo es que es necesario hacer algo».
Aunque no todos los vecinos de Grandas de Salime se deciden a expresar su opinión en público sobre la crisis de Gobierno en el Ayuntamiento, cada cual tiene su valoración, aunque también existe un último grupo entre los habitantes del municipio: los despistados. Uno de los vecinos residentes a escasos metros del edificio consistorial aún afirmaba ayer que se había enterado hace pocos días del anuncio de moción para desbancar a Cachafeiro.
jueves, 12 de febrero de 2004 a las 0:00
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