Tambien Amparo
No solo nos abandonó ANTÓN, sino que, solamente un dia después tambien nos deja su hermana AMPARO, viuda de PACO y madre de PAQUÍN.
Todo esto no puede producir más que una gran tristeza, de ver como ¡el pueblo se va muriendo, una parte de uno se va muriendo!. Cada vez que alguien se va, algo de nuestra vida se va. ¡Qué pena! Cuando vuelva a Samartín ya no estarán ni Amparo ni Antón, todo seá distinto, eso es, distinto, un poco más triste si cabe.
sábado, 24 de noviembre de 2007 a las 10:01
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Antón nos dijo adiós ayer.
No tengo palabras para describir la gran pena que siento. Quién nos iba a decir que Antón iba a abandonarnos tan pronto. Qué vacío se queda San Martín.
Paquín, Paco, Rogelio, Angelito... y ayer Antón. Quizá estén jugando una partida a las cartas en alguna parte, los cuatro, con muchos más que antes nos dejaron.
Es posible que alguna noche les veamos "a pola vila", charlando con alguno de los pocos vecinos que aún quedan en mi querido San Martín.
Sirvan estas líneas para mandarle a Antón un gran abrazo, allá donde esté.
Qué vacío se queda San Martín.
martes, 20 de noviembre de 2007 a las 12:02
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Ycíar Rodríguez Bernardo
Poema a:
San Martín del Valledor
El valle sube a mi encuentro
y, mientras bajo, juega con él la niebla
y lo desviste,
ladrona enamorada,
que no resiste tanto verdor,
y engulle,
y traga,
y piensa en la retama
tan insolentemente amarilla
de la tarde,
y la traga también,
y el camino.
Cuando la aprietan las faldas
de los montes,
huye descalza
y desnuda se escurre,
y contornea sus caderas rezagadas;
entonces,
sube el olor por el tobillo del valle,
hasta el alma que baja
y miles de verdes y amarillos se inquietan,
y hablan,
y cambian de postura,
y canturrean los rosas
y los malvas,
y los rojos riojanos de estambres azules,
y las blancas jaras,
y los marrones dorados
y las ocres retamas.
Y el cuadro pintado se cotiza en las almas
cuando suben,
cuando bajan.
Y se extienden los brazos,
y se pierden miradas,
y se buscan pinceles,
y se añoran albas.
Ycíar Rodríguez Bernardo
sábado, 18 de agosto de 2007 a las 20:33
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EL TEJO DE SAN MARTIN
Este prcioso árbol(no hace aún muchos años) forma parte de la memoria de todos los vecinos del Valledor, albergando además en sí todos los recuerdos de los últimos siglos. Se encuentra ya completamente seco.
En su recuerdo y desde la distancia yo le escribí el soneto que les voy a enviar, en el HABLA DEL VALLEDOR, que es como el oia a los que se reunian antaño alrededor suyo, en la PLAZA de San Martín del Valledor.
AL TEIXO SECO
Us cientos d'años hay que te plantara
un dia aquel home de Rubieiro.
Sentichete d'a plaza el primeiro,
mirando todo aquelo que pasara.
Xunt'a ti el pedestal n'el que apoyara
el cura, os parroquianos, el ferreiro,
tamen el dia del Carme, el gaiteiro,
y el catorce el tratante co'a sua vara.
Teixo de verde rama y gran altura;
así e como eo te via nos años mozos,
toveron que cavarche a sepultura.
Quedan n'el corazón ¡manudos pozos!
de nunca mas volver a verte verde,
pos xa nun me das más aquelos gozos.
Manulodeanxelo
jueves, 07 de junio de 2007 a las 11:14
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El tejo del Valledor
El tejo del Valledor
Sólo te quedan cuatro ramas verdes, tejo viejo,
que no pueden con las palabras
que hemos colgado en ellas - piensas.
Ayer, cuando eras joven,
cuando el catorce de cada mes presidías las ferias,
¿te acuerdas?
¡Qué bien cobijabas los murmullos!
¡Qué esbelto eras!
¡Ni un solo chisme se oyó que comentases
-de tantos como oyeron
tus ramas nuevas!
¿Te acuerdas de la niña que cayó desde aquel alto peldaño?
¡Si la vieras!
¿Te acuerdas de Paco, de Amparo, del bar, la tienda?;
¿de su conversación y su alegría?, ¿te acuerdas?
¿Te acuerdas de Mari, de Lita, y de Paquín?, ¿te acuerdas de Paquín?
¡Si supieras!
¿Te acuerdas de Angelito, de Modesta, de Leonor,
de Pepe el de Ramona, de las fiestas?, ¿te acuerdas, tejo viejo, de las fiestas?
¿Y de Ana, María José, Pepe, Emilio Marcos y Soledad?,
¿te acuerdas?
¿Y de Benito, José Manuel, Atilano, Manolo, José Ramón?
¡Qué tonto eres al recordarlo todo!
¡Si ya no hay feria!
¡Si ya se han muerto Paco y Paquín!
¡SI ya no hay tienda!
¡No ves que Amparo es como tú
triste y vieja!
¿Por qué parece que se te escapa el llanto?
¿Qué ves?
¿Qué piensas?
¿Qué ofreces para que contemplemos tus cañas viejas?
Tu sombra me da risa, tejo viejo,
no hay brisas cerca.
Tus raíces se han secado.
¿No te enteras?
Ya en Coba no divisas
risa en las huertas,
Rubieiro está vacío,
dime, ¿en qué piensas?
¿Quizá, tejo viejo, en tu tronco
vive la pena por el recuerdo
de unos años que ya son tierra?
¿Quizá, vive en tu tronco
tan gran tristeza
que su peso, tejo viejo, es...
quien tus ramas quiebra?
Ycíar Rodríguez Bernardo
lunes, 01 de agosto de 2005 a las 0:00
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